1.1 Introducción teórica (clara y breve)
El “niño interior” es la colección de experiencias tempranas, demandas emocionales no satisfechas y creencias originadas en la infancia. Estas memorias condicionan la autopercepción, la regulación emocional y las relaciones adultas. Reconocerlo es el primer acto de sanación porque trae al consciente aquello que actúa desde la sombra. Esto fue una de las observaciones centrales de Alice Miller en The Drama of the Gifted Child: las necesidades infantiles ignoradas moldean la adultez. sobrief.com
1.2 Fundamento psico-biológico esencial
La teoría del apego (John Bowlby) y la investigación contemporánea muestran que la calidad del vínculo temprano crea “modelos internos de trabajo” que perduran y guían expectativas relacionales. Estos patrones están registrados tanto en la mente como en el cuerpo (memoria somática). Para entender por qué recordar activa el cuerpo, mirá la síntesis de la neurobiología del apego y el trauma. Simply Psychology+1
1.3 Ejercicio paso a paso: Mapa del niño interior (30–45 min)
Objetivo: identificar escenas clave, sentir dónde “se guarda” la emoción en el cuerpo y nombrar la necesidad no satisfecha.
Prepara: espacio tranquilo, cuaderno, agua.
Dibuja una línea de tiempo desde 0–7 años (columna lateral: emociones; columna derecha: necesidades no satisfechas).
Anota 5 recuerdos (grandes o pequeños) que despierten emociones (vergüenza, abandono, enfado, miedo, tristeza).
Para cada recuerdo responde:
¿Qué sentí en ese momento? (palabra)
¿Dónde en mi cuerpo lo siento ahora? (pecho, garganta, estómago, cuello)
¿Qué necesitaba ese niño que no recibió? (contención, alimento, juego, protección)
Escribe una frase de reconocimiento para cada línea: “Veo que en [edad] necesitabas [x]. Ahora te veo y te sostengo.”
Cierra con 5 respiraciones profundas y anota 3 palabras con las que te quedás (p.ej. “visto, dolido, curioso”).
Sugerencia técnica para TutorLMS: proveer plantilla PDF descargable “Mapa del Niño Interior” y un campo para subir su trabajo.
1.4 Meditación guiada (texto listo para audio; 12 min)
Postura cómoda, manos sobre el corazón.
3 respiraciones profundas.
Visualiza un lugar seguro (jardín/lago).
Invita a tu niño a aparecer; obsérvalo sin intervenir.
Pregúntale con amor: “¿Qué necesitás ahora?” Permanece en escucha.
Ofrece lo que puedas (abrigo, abrazo, palabra).
Imaginalo envuelto en una luz cálida; promete cuidarlo.
Lleva la respiración al pecho; integra. Cierra con gratitud.
Precaución: si aparecen flashbacks intensos, parar y hacer grounding (pisar fuerte, beber agua, respiraciones largas) y buscar ayuda profesional.
Cita clave: “El niño interior no desaparece; sólo espera ser escuchado.” — Alice Miller.